Hola Edu,
Hoy es uno de esos días en los que me parece que en
cualquier momento pasarás por mi despacho para tomarnos
un café, echarnos un cigarrín o hacer la quiniela.
Me cuesta creer que el accidente sucedió.
No entiendo el accidente, no entiendo por qué no disteis
la vuelta, por qué no sabíamos que habías ido a caminar
el sábado. Me angustio al tratar de imaginar vuestra
experiencia en la cueva y sobre todo pido a Dios
(si existe Dios) que no sufrierais.
Este es el último pensamiento triste que voy a poner en
el blog. Quiero plagarlo de todos los recuerdos bonitos
y divertidos que tus amigos tenemos de ti, de fotos,
de anécdotas, de ese CD con las fotos de la SEA
que nunca llegue a hacerte.
Sobre todo, quiero que sepas que te echaremos mucho
de menos y que has dejado una huella profunda en nosotros.
Un fuerte abrazo,
Miriam
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